• La inflación se acelera en junio por el encarecimiento de la energía

    La subida del precio del petróleo se traslada coyunturalmente a los precios de consumo, si bien no se observan presiones inflacionistas más allá del corto plazo

    Palma, 13 de julio de 2018.- Según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de precios de consumo (IPC) se ha elevado en el mes de junio hasta el 2,2%, tasa que representa la mayor alza de la inflación desde el mes de abril del pasado ejercicio (2,7%).

    Esta circunstancia se achaca, principalmente, al encarecimiento de los productos energéticos, cuyo precio se ha incrementado con intensidad (9,5%) tras la contención mostrada en el primer trimestre (-0,3%). Detrás de este comportamiento se encuentra, sin duda, la subida del precio del petróleo. Y es que la cotización del barril Brent, el crudo de referencia en Europa, se ha situado a lo largo del segundo trimestre del año por encima de los 70 dólares por barril (73,8$, junio), barrera que no se superaba desde noviembre de 2014 (79,28$). Particularmente, el repunte los precios ha resultado especialmente visible en el caso de los carburantes y combustibles (11,7%), lo que ha contribuido a que el aumento del IPC haya sido plenamente percibido por los consumidores, tal y como señala el incremento del indicador de precios de bienes de compra frecuente (2,2%).

    Con todo, si se contabiliza la evolución de los precios sin los elementos más volátiles como la energía o los alimentos no elaborados –lo que se conoce como inflación subyacente– el avance interanual ha resultado significativamente más moderado (1,1%). Por ello, CAEB no aprecia riesgos de presiones inflacionistas más allá del corto plazo, en la medida en que la inflación subyacente, que marca la tendencia de los precios a medio y largo plazo, ha mantenido a lo largo de la primera mitad del año una evolución (1,1%, 2º trim. vs 1,3%, 1r trim.) más estable que el índice general y, en todo caso, inferior al objetivo de estabilidad de precios del Banco Central Europeo (2%).

    El avance de los salarios supera el alza de los precios y favorece el poder adquisitivo de las familias

    En este contexto, CAEB apunta que la progresión de los salarios durante la primera mitad del año ha contribuido a mitigar el efecto de este aumento de la inflación sobre el poder adquisitivo de las familias. Según la última estadística disponible, los convenios registrados hasta el mes de junio incorporan un incremento salarial pactado del 3,63%, el más elevado del conjunto estatal. Por su parte, durante el primer trimestre, el coste salarial medio mensual (1.752,65 €), se ha incrementado un 2,9%, avance que supera con creces la inflación acumulada durante este periodo (0,9%) y se sitúa entre los más elevados de la distribución autonómica, tan solo por debajo del anotado en Cataluña (3,2%).

    Ello favorece el consumo privado, razón por la cual CAEB prevé que este agregado conservará un ritmo de avance sostenido durante la segunda mitad del año, contribuyendo, así, a mantener la senda de crecimiento de la economía regional a lo largo de este ejercicio.

  • CAEB valora “positivamente” el dato del IPC al cierre de 2017 porque “equivale a una subida del poder adquisitivo”

    El IPC de diciembre, que referencia la revisión de precios y salarios, se queda en el 1,3%

    La subida del poder adquisitivo favorece el consumo privado y, con ello, la producción de las empresas

    Palma, 12 de enero de 2018.- La presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), Carmen Planas, ha valorado “positivamente” el dato de cierre del año 2017 del Índice de Precios al Consumo (IPC) porque “equivale a una subida del poder adquisitivo” ya que cerró diciembre con una tasa anual del 1,3%, tres décimas por debajo de la del mismo mes del año anterior (1,6%), según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

    La importancia del IPC de diciembre radica en que es el indicador clave para calcular las subidas de salarios y otras rentas como por ejemplo los alquileres. En este sentido, el IPC de diciembre se utiliza en los diferentes convenios laborales como base sobre la que llevar a cabo el incremento de sueldos a principio de año, la revisión de los precios de alquiler o para calcular la actualización de las pensiones de alimentos. Así mismo se considera también una referencia para las subidas de las pensiones.

    Si bien en la última estadística los salarios sujetos a convenio aumentaron en 2017 una media del 1,28% (vs 1,43%, España), el coste salarial medio mensual, 1.709,47€ euros, subió durante los primeros nueve meses del año un 2,6% (vs 0 %, España). Esta circunstancia, combinada con la subida del IPC, “equivale a una subida de poder adquisitivo”, ha explicado Carmen Planas. “Y, en Balears, dada la importancia del consumo en el mantenimiento de la senda de crecimiento, es positivo porque las empresas siguen produciendo ante la posibilidad de vender más”, ha añadido.

    Se da la circunstancia de que la senda de moderación del IPC se ha producido después de que en el primer trimestre del pasado año se elevará hasta el 2,7% como consecuencia del efecto base derivado del descenso del petróleo un año antes.

    El IPC comenzó el año pasado en niveles interanuales elevados, al alcanzar el 2,7% en los tres primeros meses. Esta senda se rompió en mayo, cuando el IPC se situó en el 2,2% y se empezó a moderar hasta alcanzar el 1,3% de diciembre. Con todo, la media anual (2,1%) supera con creces la media del año 2016 (-0,1%). Desde esta perspectiva, las partidas más estrechamente vinculadas a la energía se han situado como las más inflacionistas de la cesta de consumo en 2017, como es el caso de los transportes (4,1%) o la vivienda y sus suministros (4%). Este hecho ha contribuido a que el aumento de los precios percibido por los consumidores, aproximado a través del indicador de precios de bienes de compra frecuente, haya resultado ligeramente superior al del IPC general (2,5%).

    Si se contabiliza la evolución de los precios sin los elementos más volátiles como la energía o los alimentos no elaborados (inflación subyacente), la tasa anual se sitúa en el 1,4%, claramente por encima de la correspondiente al ejercicio anterior (0,9%). Esto indica que la economía se encuentra fuerte, transitando por una fase de expansión. En todo caso, la CAEB no ve todavía peligro porque la inflación (aumento sostenido y generalizado de los precios) se mantiene en niveles consistentes con el objetivo de estabilidad de precios. De hecho, a pesar del fuerte repunte de la actividad, la inflación se mantendrá en 2018 por debajo aunque cercana al objetivo del banco central (2%).