A nuestros futuros legisladores
Publicado en EL ECONÓMICO
Por Carmen Planas, presidenta de CAEB
Tras la dura recesión económica, la más larga de la Democracia, el reto para nuestra economía es consolidar el proceso de recuperación iniciado. La economía balear vuelve a crecer por encima del 3% en 2015, cuando en 2009 caía por debajo del -4%. Las reformas estructurales y, sobre todo, el esfuerzo de familias y empresas han sido decisivos para la mejora de nuestra economía.
En 2014 el crecimiento del empleo (+3,2%) superó al aumento del PIB (+1,9%) y, aunque queda mucho por hacer, la recuperación comienza a trasladarse a la economía real. Sin embargo, seguimos ante importantes retos: alto nivel de desempleo y deuda, déficit estructural y recuperación de los niveles de renta per cápita y bienestar social.
Desde 2001 hasta 2014 Baleares ha pasado de la tercera posición a la séptima en renta per cápita. Para recuperar el nivel de riqueza de nuestros ciudadanos debemos apoyar que las empresas mejoren su productividad y comenzar una nueva etapa en la que los esfuerzos se dirijan a atraer capital productivo, con inversiones a largo plazo y creación de empleo.
Los retos de futuro para Baleares son, por tanto, claros. Recuperar los niveles de riqueza y bienestar social debe venir del apoyo al crecimiento de las empresas y a su competitividad vía productividad. Las empresas son el motor económico de nuestra economía y las que crean empleo, por lo que cualquier medida tomada desde las administraciones debería ser facilitadora de su actividad económica, evitando entorpecerla.
Desde CAEB proponemos a nuestros futuros legisladores medidas que fomenten el autoempleo, reduzcan las cuotas de autónomos e incentiven a las Pymes, mayoría en nuestro tejido empresarial. Políticas de simplificación y disminución de impuestos a familias y empresas -especialmente el IVA turístico-, reducción de cotizaciones y cargas administrativas y mejora de la seguridad jurídica. Iniciativas para que las empresas puedan disponer de energía a precios competitivos, que flexibilicen el mercado laboral, que bonifiquen la contratación indefinida y que apuesten por una formación profesional que dé respuesta a las necesidades reales de las empresas.
Si como resultado de las elecciones del día 20 los nuevos legisladores y la Administración entrante apoyasen a las empresas, éstas mejorarían sus beneficios, podrían crecer, serían más sólidas, contratarían más –contratos más estables y de mayor calidad- y su aportación a los ingresos públicos sería mayor vía incremento de la actividad sin ser necesario aumentar los impuestos. Se apoyaría así la creación de riqueza para su redistribución en beneficio de toda la sociedad.
Nuestros futuros legisladores deben ser conscientes de que gastar más no es más eficaz que gestionar de forma eficiente. Reducir gasto superfluo evita incrementar impuestos y la dinamización del sector productivo, generador de empleo, no puede conseguirse a través de una carga fiscal cada vez menos sostenible.
Baleares precisa una financiación estatal más justa. Desde CAEB apoyamos las propuestas que defiendan ante el Gobierno del Estado el incremento de una inversión pública estatal en mínimos históricos, una mejora de la financiación autonómica, una mayor participación en los tributos cedidos, el cumplimiento de las inversiones estatutarias y el desarrollo del Régimen Especial de Baleares que compense los costes de la insularidad que merman nuestra competitividad.
Ésta es, la competitividad de nuestras empresas, la clave en torno a la que giran las propuestas que CAEB ha dirigido a nuestros futuros legisladores y el motivo por el que ha invitado a los candidatos de los principales partidos políticos al ‘Encuentro Empresarial Elecciones 20-D’ el lunes 14 en CAEB. Si nuestras empresas no son competitivas no podrán crecer ni invertir, que es lo necesario para que puedan crear empleo estable y de calidad.
El reto de ser empresario
Publicado en EL ECONÓMICO
Por Carmen Planas, presidenta de CAEB
No debiera ser necesario resaltar la importancia del empresario en la sociedad pero es significativo que más del 70% los universitarios de último año de carrera aspire a ser funcionario y prácticamente ninguno desee emprender su propio negocio. Una sociedad que no emprende no avanza, no progresa, y la nuestra, saliendo de una de las peores crisis que se recuerdan, requiere empresarios y emprendedores con nuevas ideas, nuevos procesos y nuevos productos.
¿Les falta a los jóvenes información o formación práctica?, ¿lo consideran una hazaña difícil?, ¿está mal visto ser empresario? Ya sea por éstos u otros factores bien es cierto que se desacredita constantemente al empresario, apareciendo como el “explotador” o el “especulador”, al amparo de ejemplos aislados que en ningún caso reflejan el tejido empresarial de estas islas.
Nuestras empresas son, en su inmensa mayoría, familiares. En ellas el empresario es un trabajador más. La empresa es su proyecto de vida personal, al que dedica toda su atención, tiempo y recursos. Lo arriesga todo y es el primer interesado en que las cosas salgan bien, en que sus trabajadores se sientan motivados y satisfechos en un entorno laboral seguro y saludable. Todo ello mejora la productividad y la competitividad.
Tenemos empresas ejemplares, algunas de ellas reconocidas por su gran labor a través de nuestras ediciones de Premios de medio ambiente, salud laboral e innovación. Pero el camino recorrido no nos exime de seguir luchando desde CAEB por un tejido empresarial más innovador y eficiente, que integre propuestas beneficiosas para la organización y para los trabajadores: conciliación de la vida familiar y laboral, políticas de igualdad, ‘salario emocional’… Somos conscientes de que afrontamos retos de transformación importantes.
El empresario genera valor y contribuye a levantar nuestra economía. Son las empresas las que contratan y las que invierten. No hay crecimiento sin inversión y ésta requiere, desde todos los ámbitos, un clima favorable de mejora de la competitividad.
Todos los actores de la sociedad hemos de hacer una reflexión tranquila e inteligente para prestigiar la figura del empresario y promover que nuestros jóvenes vean en la creación de empresas una salida profesional de calidad imprescindible para mantener la sociedad del bienestar en que vivimos. En las escuelas, en los medios de comunicación y desde el gobierno y los sindicatos se debería reivindicar el valor social del empresario, apoyarle, más aún cuando se enfrenta, en todas las facetas de su gestión, a un complejo entramado técnico-jurídico, difícil de asumir.
Ser empresario es un gran reto, una gran aventura. Ser empresario es asumir un desafío diario, constante, que exige entrenarse, luchar, superarse, mejorar… Lo creo firmemente y, como presidenta de CAEB, seguiré fomentando todo impulso al emprendimiento, tendiendo puentes con las instituciones que apoyan a nuestros empresarios y promoviendo que el Govern genere las condiciones más adecuadas para que las empresas, de todos los tamaños y sectores, puedan mejorar su competitividad y contribuir al crecimiento y bienestar de la sociedad de nuestras islas.
Solo así nuestras empresas seguirán creciendo y generando empleo estable y de calidad. Tengamos presente al empresario. Es la clave de la prosperidad y del futuro de Balears.